Te invitamos a descubrir Curazao, una isla que rompe los esquemas del Caribe. Mientras otros destinos te ofrecen extensiones interminables de arena, aquí te revelamos un archipiélago íntimo de 35 calas esculpidas por el viento y el coral.
Nos sumergimos contigo en aguas de un turquesa imposible, caminamos sobre arenas que parecen polvo de luna bajo tus pies, y te guiamos entre acantilados rosados que enmarcan este edén.
Prepara tu espíritu aventurero: lo que encontrarás redefinirá para siempre tu concepto de paraíso.
Tabla de contenidos
¿Por qué Curazao te hipnotizará?
- Microclima privilegiado: Temperaturas constantes de ~28°C y posición fuera del cinturón de huracanes te garantizan sol todo el año.
- Biodiversidad submarina: Arrecifes vivos al alcance de tus aletas, incluso desde la orilla.
- Calaísmo: No son playas infinitas, sino ensenadas rocosas que crean piscinas naturales de aguas tranquilas.
Las 8 playas que te robarán el alma (y el corazón)
Estas son las ocho playas que no te puedes perder de visitar;
1. Grote Knip (Kenepa Grandi)
Imagina un mirador de terracota sobre aguas que desafían la física: Grote Knip te espera con su postal viviente. Aquí, los acantilados descienden hacia una bahía de aguas fluorescentes donde familias flotan en tranquilidad absoluta.
Te aconsejamos llegar al amanecer para contemplar cómo la luz transforma el coral cerebro en un jardín submarino. Si buscas la esencia curazoleña, los domingos verás a abuelas locales compartiendo pastechi (empanadillas) bajo las palapas.
2. Cas Abao
Cuando National Geographic la incluyó entre las 21 mejores playas del mundo, no exageraba. Al pisar Cas Abao, sentirás arena tan fina que se escapa entre tus dedos y aguas transparentes donde cada pez payaso parece bailar para ti.
Nos sorprende su equilibrio: lujo discreto con duchas de agua dulce y un restaurante de keshi yena (queso relleno), pero sin perder su alma salvaje. Camina hacia la derecha para encontrar tu rincón privado entre formaciones de coral negro.
3. Playa Lagun
Esta bahía en forma de herradura te regala el mejor acuario natural de la isla. Al descender entre acantilados, verás tortugas verdes rozando tu pierna antes de que termines de ponerte las aletas. Las fachadas turquesas de las casas de pescadores crean un contraste mágico con el azul profundo.
Si el corazón te pide adrenalina, sube al restaurante Bahía y lánzate desde su plataforma de madera: la caída libre hacia el abismo es un rito de pasaje.
4. Playa Porto Mari
cPorto Mari es una fiesta para los sentidos. Su doble franja de arena separada por un muelle centenario te invita a caminar sobre el mar al atardecer. Pero su verdadero secreto son Willy y Woody, dos cerditos playeros que trotan felices entre sombrillas como dueños del lugar.
Para familias, es un sueño: aguas tranquilas, plataformas flotantes y un restaurante donde probarás el mejor funchi (polenta caribeña) con pescado fresco.
5. Klein Curazao
Prepara tu alma para la aventura: esta isla desierta a dos horas en barco desde Willemstad es pura poesía náutica. Durante la travesía, delfines escoltarán tu embarcación antes de revelarte un paisaje lunar de arena blanca infinita.
Explorarás un faro abandonado del siglo XIX y los restos oxidados de un carguero encallado. Te recomendamos Mermaid Boat Trips: son los únicos con toldos permanentes donde refugiarte del sol implacable.
6. Playa Grandi (Playa Piscado)
No exageramos si te decimos que aquí nadarás entre decenas de tortugas. Al mediodía, cuando los pescadores limpian sus redes, estos gigantes gentiles emergen como sombras elegantes. Contémplalas desde la superficie: sus caparazones moteados brillan bajo rayos de sol. Para evitar grupos, nada hacia la cueva submarina del extremo este, donde morenas y caballitos de mar te esperan en silencio.
7. Kokomo Beach
Kokomo es el antídoto contra el estrés. Hamacas sobre aguas tranquilas, columpios fotogénicos atrapando atardeceres y DJs que mezclan reggae con bachata los domingos. Lo que nos enamora es su filosofía: sin entradas ni reservas, solo tumbonas de mimbre bajo palmeras y camareros que sirven Blue Curaçao con sonrisas auténticas.
Después de bucear entre corales fuego, pide una arepa di pampuna (calabaza) en el chiringuito.
8. Playa Forti
Forti es Curazao en estado puro: pequeña, rocosa y frecuentada por pescadores que juegan dominó bajo árboles de caña fístula. Su encanto está en la terraza del acantilado, donde comerás lionfish a la parrilla con vistas al infinito.
Pero el ritual sagrado es saltar desde su plataforma de 10 metros: un vértigo que termina en carcajadas compartidas con extraños que ya son amigos.
Consejos para tu aventura
- Alquila ese jeep 4×4 (sí, es necesario).
- Madruga para tener Grote Knip solo para ti.
- Pregunta a los pescadores en Playa Grandi: ellos te señalarán las tortugas.
- Salta en Playa Forti (aunque sea una vez en la vida).
- Deja solo huellas… y llévate esa paz curazoleña que no se borra.
Dónde dormir
- Westpunt: Para ti si amas despertarte con olor a sal y café criollo.
- Jan Thiel: Boutiques frente al mar y cenas con pies en la arena en Zest Beach Club.
- Mambo Beach: Si tu plan incluye bailar kizomba hasta el amanecer.
Conclusión:
Curazao no es un destino, es una experiencia. Te regalamos atardeceres donde el sol estalla en naranjas sobre casas coloniales, mañanas buceando entre bancos de peces cirujano, y la certeza de que ese azul turquesa se quedará grabado en tu memoria.
Como dijo un viejo pescador en Playa Forti: “Lo que el mar curazoleño te quita en sudor, te lo devuelve en paz”.
