Qué Ver y Qué Hacer en el Valle Sagrado de los Incas

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Bienvenido, viajero. Si buscas comprender el alma del Perú antiguo y vibrante, el Valle Sagrado de los Incas (Willka Qhichwa) es tu puerta de entrada. Este fértil corredor andino, regado por el río Urubamba (Willkamayu, “Río Sagrado”), fue el laboratorio agrícola, centro espiritual y bastión estratégico del Tahuantinsuyo.

A solo una hora de Cusco, pero a menor altitud (2,800-2,900 msnm), despliega paisajes de terrazas esmeralda, pueblos de piedra y montañas sagradas (Apus) que te hipnotizarán.

No es solo una escala rumbo a Machu Picchu: es un destino que exige ser vivido con calma. Aquí te guiamos por todo lo esencial que ver y hacer para captar su esencia en 1,200 palabras.

Qué ver:

Aquí te contamos los Imperdibles que no pueden faltar en tu visita por el Valle Sagrado:

Pisac: Terrazas Celestiales y Mercado de Colores

Pisac
Imagen: James Savage; https://www.flickr.com/photos/savage_stills/

La Ciudadela Alta:Sube hasta las ruinas incas (en auto, taxi o con una caminata exigente) para descubrir terrazas agrícolas que abrazan la montaña como una colosal escalera hacia el cielo. Recorre el Intihuatana (reloj solar sagrado), templos de piedra fina y tumbas precolombinas (Tankanamarka). La vista del valle desde aquí justifica cada paso.

El Mercado Artesanal:En el pueblo, el bullicioso mercado (especialmente domingos, martes y jueves) estalla en colores: textiles de alpaca, joyería en plata, cerámica y tallados. No te pierdas la iglesia colonial donde misas quechuas y católicas se funden.

Ollantaytambo: La Fortaleza Invencible y el Pueblo Inca Vivo

El Último Bastión: Este pueblo conserva calles empedradas, canales de agua y cimientos incas donde aún viven familias locales. Es el “pueblo inca viviente” mejor preservado de América.

La Fortaleza: Trepa sus gigantescas terrazas para entender por qué Manco Inca derrotó aquí a los españoles en 1537. Admira los monolitos del Templo del Sol (bloques de 50 toneladas traídos de otra montaña) y los almacenes reales (Qolqas) con vista estratégica.

Chinchero: Tejidos Ancestrales y Sincretismo en las Alturas

Chinchero
Imagen: Médéric; https://www.flickr.com/photos/mederic/

La Fusión de Mundos: En su plaza, una iglesia colonial del siglo XVII se alza sobre muros de un palacio de Túpac Inca Yupanqui. Los frescos interiores mezclan santos católicos con símbolos andinos.

El Arte Textil: Visita una cooperativa de mujeres tejedoras. Verás cómo hilan lana de alpaca, tiñen con cochinilla (insecto) para obtener rojos intensos, eucalipto para verdes y tara para negros. Cada diseño (tocapu) cuenta historias de la cosmovisión inca.

Moray: El Laboratorio Agrícola Inca

Moray
Imagen: Cadu Tavares/; https://www.flickr.com/photos/car_tav/

Anfiteatros de Ciencia: Estas terrazas circulares concéntricas funcionaron como un centro de experimentación agrícola. Cada nivel (hasta 30 m de profundidad) creaba un microclima distinto, permitiendo cultivar 250 variedades de papa, maíz y quinua. Su precisión te hará cuestionar todo lo que sabes sobre tecnología ancestral.

Salineras de Maras: El Mar Blanco de los Andes

Salineras de Maras
Imagen: Salineras de Maras; https://www.flickr.com/photos/pululante/

3,000 Pozas de Sal: Explotadas desde antes de los incas, estas pozas escalonadas en la montaña Qaqawiñay forman un mosaico blanco surrealista. El agua salada de un manantial subterráneo se evapora al sol, dejando cristales rosados y blancos cosechados por familias locales. Camina por los senderos (¡respeta las pozas activas!) y captura el contraste con el valle ocre.

El Paisaje: El Gran Escenario

Detente a contemplar los campos de maíz morado, las llamas pastando, los Apus nevados (como el Verónica) y el río Urubamba serpenteando. La luz del atardecer convierte el valle en un cuadro de oro líquido.

Qué Ver

El Valle Sagrado es un abanico de experiencias, entre ellas anímate a disfrutar las siguientes:

Regatea en los Mercados con Respeto y Sonrisa

En Pisac u Ollantaytambo, practica el regateo amable (“¿Haytaq mana hatun llapa?“). Llévate un chullo (gorro andino), un tejido con iconografía inca o cerámica utilitaria. Cada pieza es un legado cultural.

Desata una Revolución en Tu Paladar

  • Cuy al Horno: Prueba este ícono andino crujiente, servido con papas nativas y huacatay (hierba aromática).
  • Trucha de Río: Fresca y cocinada en hoja de plátano, capturada en el Urubamba.
  • Choclo con Queso: Maíz gigante con granos dulces y queso fresco.
  • Mate de Coca: Indispensable para la altitud y ritual diario.
  • Pisco Sour: Brinda al atardecer con el cóctel nacional.

Asiste a una Misa en Quechua (Chinchero)

Asiste a una Misa en Quechua (Chinchero)
Imagen: Emerson AlecrimM https://www.flickr.com/photos/ealecrim/

Los domingos, las mujeres llegan con trajes típicos (polleras y llicllas) para una ceremonia donde el catolicismo se mezcla con ofrendas a la Pachamama. El quechua resonando bajo techos coloniales es una experiencia única. (Viste con modestia y no tomes fotos durante el servicio).

Pedalea o Camina Entre Historia Viva

  • Ciclismo: Recorre rutas entre Urubamba y Ollantaytambo, con vistas a terrazas y nevados. Alquila bicicletas locales (US$15-20/día).
  • Senderismo: Explora caminos incas secundarios:
      • Pisac a Lamay (3 horas): Terrazas y pueblos auténticos.
      • Salineras a Moray (4 horas): Quebradas y paisajes áridos.

Relájate en un Alojamiento con Alma

  • Elige un hotel con vista al valle (como Casa Andina Premium en Yanahuara o Belmond Río Sagrado). Al atardecer, toma un pisco sour en la terraza mientras el sol dora las montañas. La paz aquí es medicina para el alma.

Toma el Tren a Machu Picchu desde Ollantaytambo

  • La estación de Ollantaytambo es la puerta a Machu Picchu. El viaje en tren (PeruRail o Inca Rail) recorre el Cañón del Urubamba, con ventanas panorámicas hacia glaciares y selva. Opta por el servicio Vistadome para techos de vidrio.

Conecta con las Comunidades: Más Allá del Turismo

  • Saluda con un “Rimaykullayki” (Hola en quechua). Visita una chacra (granja) para ayudar en la cosecha o comparte hojas de coca en un trueque simbólico. En las cooperativas textiles, pregunta por los significados de los diseños: cóndores (apus), montañas (mayus) o la Vía Láctea (Mayu).

Conclusión

Este valle no es un prólogo de Machu Picchu: es la lección esencial para entender al Imperio Inca. En sus terrazas aprenderás ingeniería hidráulica; en Moray, botánica avanzada; en Chinchero, filosofía tejida; en sus mercados, el arte del trueque milenario. Aquí la historia no está bajo vidrio: la pisarás, la respirarás y la saborearás.

Recomendación crucial: Dedícale 3 días mínimos. Duerme en sus pueblos, madruga para ver amaneceres en las ruinas, conversa con los tejedores. Solo así sentirás el ayni (reciprocidad andina) que aún guía a sus comunidades. Cuando llegues a Machu Picchu, lo harás con los ojos del que ya entendió el corazón del Tahuantinsuyo.

El Valle Sagrado no se visita: se experimenta. Y cuando partas, te llevarás algo más que fotos: un pedazo de su espíritu indomable.

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